lunes, 10 de junio de 2013

1

cuando uno empieza a descubrir sus propias raices, todo se vuelve más confuso de lo que era antes (al contrario de lo que uno piensa que pasará) las opciones son mayores.

cuando uno trabaja en algo que simplemente no le interesa y se deja tragar por esa dejadez propia de no tomar las riendas, todo se vuelve más confuso aún.

cuando uno ve a los demás aparentemente seguros de que lo que hacen es lo suyo y luego, por casualidades de la vida, descubre que esa no es su realidad, todo se vuelve más confuso aún.

cuando te hacen la misma pregunta varias veces y uno la hace varias veces, todo se vuelve más confuso aún.

cuando quieren que te comuniques y al momento de lograr hacerlo tu opinión es criticada, se vuelve todo totalmente confuso.

ese momento en que todo es confuso, es ahora.

qué se hace ante tanta confusion?
por mi lado, elijo escribirlo.

desde siempre me he comunicado mejor con palabras que se pueden leer que on palabras que se pueden escuchar.

así que aquí está, un intento por comunicarme conmigo misma, usando la tecnología, que muchas veces es tan absorvente, a mi favor, y por que no, a favor de quién lo lea y le pueda servir de alguna manera.

quiero sacar lo mejor de mi, y siento que para llegar a ello, debo dejar ir a lo peor de mi, no lo necesito, no me dejan avanzar.

quiero poder reconocer, aceptar y abrazar mis inseguridades. es el primer paso número uno.

sin ganas de estar en una oficina, sin ganas de contestar llamadas que no son para mi, sin ganas de ser amable con la gente que no conozco, sin ganas de resolver problemas ajenos.

con ganas de resolver mis problemas, con ganas de cariño, con ganas de tiempo, con ganas de dulce, con ganas de alegría, con ganas de que se acabe la incertidumbre, con ganas de que se acabe la tristeza, con ganas de que el teléfono deje de sonar.

odiando mi trabajo. odiandome a mi misma por estar metida en esto, por no haberlo resuelto antes, por no resolverlo aún.
odiándome a mi misma porque cómo es posible que me odie a mi misma?
desilusionada de mi misma. triste con todo el peso que la palabra triste puede tener.

triste por irradiar eso, por dárselo a otros. es inevitable transmitir lo que uno siente cuando se siente tan fuerte. aunque lo calles, aunque sonrias, auqneu todo lo hagas bien, es algo que viene de adentro es algo que se oye en la voz, que se ve en los ojos, que se lee en la manera de mover las manos.

todos podemos percibir ese tipo de detalles, los obviamos porque estamos muy ocupados, pero igual están ahí y se muestran tal cual.

quisiera poder dejar de escribir tantas cosas negativas, supongo que así puedo sacarlas, quiero escribirlas pero al mismo tiempo no quiero, no quiero mostrarlas, pero sí quiero.

quiero dejar de tener miedo.
quiero dejar de depender.
quiero dejar de saborear la desdicha, sabe a mierda.

odiando a mis papás por haberme dado sus inseguridades, sientiéndome culpable por odiarlos, queriendo amarlos siempre. los amo y también los odio, una cosa no niega a la otra.

dicen que la depresión es odio que uno no se siente con derecho a sentir. esa debe ser la causa.
odiando que me pidan que sea buenita.

quisiera que nadie lo lea para que no se lleven todo esto. pero estoy segura que de algo les servirá. así como a mi me sirve sacarlo al mundo de alguna manera.

quien nos dijo que tenemos que sentirnos mal por odiar?
quien dijo que odiar es malo?
quien dijo que amar es malo?
quien dijo todo lo que pensamos que pensamos?

agradecida al mismo tiempo con mis papás por haberme dado la vida. eso es lo más importante sobre todas las cosas. el odio está pero más grande es el amor.

lo que escribo puede leerse contradictorio, de hecho lo es. y así es.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario